#top-menu .sub-menu a { font-size: 100px; }

Carlos Carvajal un americano en Granada

Te presentamos a Carlos Carvajal, nuestro “Doctor Salsas”.

De madre granadina y padre estadounidense es un apasionado del cultivo de chiles y un entusiasta que quiere cambiar las reglas del mundo del picante.

Su pasión por descubrir este mundo de nuevos sabores se remonta a su época universitaria. La única vez que había probado picante era en el servicio militar, pero cuando llegó a la universidad de California, y por insistencia de sus amigos, comenzó no solo a ser un consumidor habitual de picante, sino a producirlo.

De México, la cuna del picante, aprendió sobre una cultura que gira en torno a los chiles, las diferentes formas de introducirlos en la comida y el valor de las variedades de capsicum de su tierra.

 

De California le sorprendió la variedad multicultural, que permite el cultivo y el conocimiento de multitud de chiles procedentes de: Jamaica, Trinidad, Columbia, Tailandia, Vietnam, Irak, Irán, Israel, Yemen, el este de Europa…

 

La fusión de estas vivencias es la que le permite tener hoy en día esa forma única, especial y característica que solo Carlos Carvajal tiene.

Un carácter propio cultivado durante 18 años fue la clave para poder comenzar una nueva aventura en España, un país al que, cuando Carlos llegó en 2010, todo le faltaba por aprender del mundo del picante.

A partir de aquí comenzó su lucha por traer el “picante de verdad”. Todos los productos que se comercializaban en ese momento y se decía que eran picantes en palabras de Carlos eran, “chungos” y “puro vinagre”.

Ahora, lleva en España 12 años cultivando en Granada. Uno de los secretos de sus plantaciones es el agua que utiliza para cultivar, que proviene de Sierra Nevada, además el clima de Andalucía lo convierte en un lugar perfecto para este tipo de plantación.

Esta aventura le ha hecho merecedor del sobrenombre “Doctor Salsas”, un doctor muy particular que pone todo su conocimiento e ilusión para hacernos vibrar con sus productos y enseñarnos que el picante queda igual de bien, o mejor, en unas lentejas que en una enchilada.