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¿Por qué nos gusta el picante?

¿Porque nos gusta el picante?

Guindillas, jalapeños, un pimiento de Padrón picantón, unas gotitas de salsa picante en la comida… Vamos a reconocerlo. Nuestro apetito por el picante va in crescendo. Cada vez nos gusta más. ¿Por qué ocurre? Eso es lo que vamos a desgranar en este artículo, pero a grosso modo, el picante nos gusta porque nos produce una sensación de placer, libera endorfinas y tiene beneficios para la salud que el cerebro reconoce.

Obviamente, esta solo es la respuesta corta. Antes de llegar a la conclusión de por qué sentimos ese gusto por la comida picante, vamos a detenernos en hablar de la capsaicina -el compuesto responsable del picor de los chiles-, sus usos, beneficios, los efectos del picante en el cuerpo, la relación entre picante y cerebro… En definitiva, vamos a sumergirnos en el universo spicy para darte las claves que necesitas.

¡Quédate con nosotros para descubrirlas!

 

¿Por qué el picante pica? Hablemos de la capsaicina

 

¿Porqué el picante pica?

Toda buena historia tiene que empezar por el principio. De poco sirve explicar por qué sentimos cierta atracción por el picante si no sabemos lo más fundamental, que es, básicamente, saber por qué el picante pica. Eso sí, avisamos de que nos vamos a poner un poco técnicos, pero vamos a intentar explicarlo lo más sencillamente posible.

Bien. Lo primero que hay que saber es que el picante no es un sabor en sí. Es una sensación. Cuando ingerimos algo que lo lleva, se activan los nociceptores, que son las terminaciones nerviosas responsables de percibir el dolor cuando comemos algún alimento que contiene ciertos componentes químicos. Entre estos compuestos destacan la capsaicina, la piperina y la alicina, que se encuentran en alimentos como las guindillas, los chiles, los pimientos, la pimienta y el ajo, pero nosotros vamos a centrarnos en la capsaicina, que la que nos interesa.

La capsaicina es un compuesto químico que está presente en los chiles y en otros pimientos picantes, y es la responsable de la sensación de ardor o picor que se experimenta al consumir estos alimentos. Básicamente, es un alcaloide –ya avisamos de que nos íbamos a poner técnicos– que se une a los receptores de dolor en la lengua y otras partes del cuerpo (los nociceptores que hemos comentado), lo que desencadena una respuesta que el cerebro interpreta como calor o ardor.

Entonces, ¿por qué el picante pica?

El picante pica porque es una reacción corporal ante una sustancia que le provoca, en cierto modo, dolor. Un warning! en toda regla que nos alerta de que esa sustancia -en teoría- no es buena para el cuerpo. Y decimos en teoría porque está comprobado que el picante libera endorfinas y produce bienestar, uno de los motivos por los que nos gusta el picante que ya hemos comentado al principio de este post.

De hecho, la capsaicina no solo tiene beneficios cuando la ingerimos, porque además de su uso en la cocina, también se emplea en productos médicos y terapéuticos, como cremas y parches, que se utilizan para aliviar dolores musculares y articulares. También se investiga su potencial en la promoción de la pérdida de peso, ya que puede aumentar temporalmente el metabolismo y la quema de calorías, pero no vamos a entrar en eso en este momento. A nosotros el picante nos interesa desde el punto de vista del ñam ñam. Es decir, de lo que produce en la boca y el cerebro para explicar por qué nos gusta lo picante y entender por qué pica.

Una vez explicado qué es la capsaicina, hablemos de cuáles son las sensaciones del picante y de los efectos del picante en el cuerpo.

 

¿Cuáles son las sensaciones del picante?

 

A las personas que les gusta el picante, la respuesta está clara: el picante produce placer. Le da punch a los platos, eleva el sabor y hace que vibren las papilas. Incluso, los auténticos spicy lovers te dirán que tienen adicción al picante –en sentido metafórico, obviamente–. Pero, si nos vamos a la descripción más técnica, las sensaciones del picante en la boca se experimentan como una combinación de calor, ardor, y en algunos casos -especialmente a las personas más sensibles o con menos tolerancia al picante- incluso dolor, si se consume en niveles muy altos.

No obstante, cuando comemos un plato con algún tipo de ingrediente picante, ya sea una guindilla en un sofrito, un chile fresco en unos tacos o unas gotas de alguna salsa picante en un guiso, no solo se generan sensaciones en la boca, sino que también se producen en el cuerpo e incluso en el cerebro, como veremos a continuación.

 

Efectos del picante en el cuerpo: ¿Cuáles son?

 

Sensaciones del picante

Calor, sudoración, hormigueo, aumento de la salivación… Seguro que alguna vez has tenido esa sensación de que tu temperatura corporal se eleva cuando comes algo muy picante. La frente se humedece y la piel de la cara se enrojece levemente. Sientes un calor abrasador.

Pero al igual que el dicho “después de la tormenta siempre llega la calma”, tras esas sensaciones –que solo ocurren, por cierto, si nos excedemos–, llega lo bueno. El bienestar. El subidón de endorfinas.

Porque el picante tiene notables efectos en el cuerpo, sí, pero sobre todo, los tiene en el cerebro. No olvidemos que los efectos corporales son respuestas cerebrales, por lo que para entender cuál es la reacción del picante en nuestro cuerpo, tenemos que entender qué pasa en el cerebro cuando lo ingerimos.

 

Picante y cerebro: ¿Cuál es su relación?

 

Picante y cerebro

La relación entre el picante y el cerebro es fascinante y se basa en la manera en que compuestos, como la capsaicina, interactúan con el sistema nervioso.

¿Cómo funciona esta conexión? Volvemos a ponernos técnicos, pero aquí lo explicamos:

  1. Activación de receptores de dolor

Cuando consumimos alimentos picantes, la capsaicina se une a los receptores TRPV1 (receptores transitorios potenciales de vanilloide tipo 1) ubicados en la boca y otras partes del cuerpo. Estos receptores normalmente se activan en respuesta al calor o a daños físicos, enviando señales al cerebro que son interpretadas como dolor o calor intenso.

  1. Liberación de endorfinas

El cerebro, al recibir estas señales de dolor, responde liberando endorfinas, que son neurotransmisores conocidos por sus propiedades analgésicas y su capacidad para generar sensaciones de bienestar o euforia. Este es uno de los motivos por los cuales algunas personas sienten amor por el picante: la «recompensa» de las endorfinas puede hacer que el dolor o el ardor resulten placenteros.

  1. Sensación de euforia

Las endorfinas, junto con otros neurotransmisores como la dopamina, pueden generar una sensación de euforia similar a la que se experimenta durante el ejercicio intenso o después de lograr algo gratificante. Esto puede llevar a que algunas personas busquen de manera repetida la experiencia del picante, disfrutando del «subidón» que sigue al consumo.

  1. Desensibilización

Con el consumo frecuente de alimentos picantes, los receptores de TRPV1 pueden volverse menos sensibles a la capsaicina, lo que significa que se necesita una mayor cantidad de picante para experimentar las mismas sensaciones. Esta desensibilización puede llevar a que algunas personas desarrollen una tolerancia al picante y busquen alimentos cada vez más picantes para obtener el mismo efecto.

  1. Impacto en el estado de ánimo

El consumo regular de picante y la liberación de endorfinas pueden tener un efecto positivo en el estado de ánimo, actuando como un alivio natural del estrés y mejorando el bienestar general. Sin embargo, esto depende de la tolerancia individual y de cómo el cerebro de cada persona procesa las señales de dolor y placer.

En resumen, la relación entre el picante y el cerebro es una combinación de respuesta al dolor, liberación de neurotransmisores y la consiguiente experiencia de placer o bienestar. Esto explica por qué, a pesar del ardor o dolor inicial, muchas personas sienten un auténtico placer al comer picante, pero claro, depende del nivel de tolerancia.

 

Tolerancia al picante: ¿Todos tenemos la misma? ¿Podemos acostumbrarnos?

 

Tolerancia del picante

No, no todos tenemos la misma tolerancia al picante. Y sí, es posible acostumbrarse a él con el tiempo. La tolerancia al picante varía mucho entre diferentes personas y está influenciada por factores genéticos, culturales, y la exposición previa al picante. Por eso en algunos países es tan común que incluso los niños sientan gusto por la comida picante y en otros, los adultos experimentan una sensación negativa.

Veamos cuáles son los factores que generan ese nivel de tolerancia.

Diferencias individuales en la tolerancia al picante:

  1. Genética: Algunas personas son más sensibles al picante debido a variaciones genéticas en los receptores TRPV1, que son los responsables de detectar la capsaicina. Estas diferencias genéticas determinan cuán intensamente sentimos el picante, por qué algunas personas no soportan el picante y otras lo adoran.
  2. Cultura y hábitos alimenticios: La tolerancia al picante también está influenciada por la cultura. En regiones donde los alimentos picantes son comunes, las personas suelen tener una mayor tolerancia desde una edad temprana debido a la exposición frecuente. Por ejemplo, en países como México, India o Tailandia, el consumo de picante es habitual, y la mayoría de las personas desarrollan una alta tolerancia.

Picante en la comida: ¿Podemos acostumbrarnos?

Sí, podemos acostumbrarnos al picante con el tiempo y por diferentes motivos que explicamos a continuación.

  1. Por la desensibilización de los receptores: Si comemos habitualmente alimentos picantes, los receptores TRPV1 pueden volverse menos sensibles a la capsaicina. Esto significa que se necesita una mayor cantidad de picante para experimentar la misma sensación de ardor que antes.
  2. Por acostumbramiento psicológico: Además de los cambios físológicos, las personas también pueden acostumbrarse psicológicamente al picante. Esto ocurre porque, con la exposición repetida, el cerebro aprende a manejar y anticipar la sensación de ardor, lo que reduce la percepción de dolor o incomodidad. Es lo que se conoce como “psicología del picante”.
  3. Por un aumento gradual de la tolerancia: Las personas que hoy tienen ese amor por el picante comienzan con alimentos más moderados y van aumentando gradualmente la intensidad. Con el tiempo, pueden tolerar niveles de picante que antes les parecían insoportables.

Eso sí. Es importante saber que la capacidad de adaptación al picante no es igual para todos. Algunas personas pueden aumentar significativamente su tolerancia con el tiempo, mientras que otras pueden encontrar que ciertos niveles de picante siempre son demasiado intensos, independientemente de la exposición.

Pero si eres de las personas que sueles tener apetito por el picante, seguramente te interese saber de dónde viene esta atracción. El porqué de este gusto por el picante. Y aunque hemos dado algunas pistas a lo largo del post, vamos a hacer un resumen de cuál es el placer de comer picante y por qué nos vuelve locos.

El secreto de nuestro amor por el picante

Tras explicar conceptos básicos como la capsaicina y cómo actúa el picante en nuestro cerebro, vamos llegando al final de la cuestión y ahora toca recapitular lo que hemos comentado a lo largo del texto: ¿Por qué nos gusta el picante?

  1. Porque libera endorfinas. La sensación de ardor o dolor de los receptores de la boca hacen que el cerebro libere los llamados «químicos de la felicidad» para combatirla y estas a su vez generan una sensación de euforia y bienestar.
  2. Por factores asociados a nuestra cultura. El amor por el picante está profundamente arraigado en muchas culturas donde los alimentos picantes son una parte fundamental de la cocina local.
  3. Por motivos evolutivos. El uso de especias picantes puede haberse desarrollado como un mecanismo evolutivo para combatir bacterias en los alimentos, especialmente en climas cálidos. Este efecto antimicrobiano pudo haber hecho que el picante fuera beneficioso para la supervivencia, y con el tiempo, nuestros antepasados desarrollaron una afinidad por estos sabores.
  4. Porque nos hemos adaptado y hemos desarrollado tolerancia al picante. Con el tiempo y la exposición repetida, las personas pueden desarrollar una tolerancia al picante, lo que significa que necesitan más picante para obtener el mismo efecto. Esta adaptación puede llevar a un mayor disfrute del picante, ya que se convierte en una experiencia que el cuerpo y la mente aprenden a manejar mejor.

Aquí hemos resumido las claves que nos ayudan a entender por qué el picante es tan popular y por qué tantas personas lo disfrutan. Y si eres una de ellas –o tienes a alguien en tu vida a quien le apasiona el picante– ahora toca explorar nuestro universo de productos para ponerle ese toque spicy a todos tus platos. ¡Date una vuelta por nuestra tienda y descubre todas las opciones!